miércoles, 28 de septiembre de 2011

EL MERCADO Y LA LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA (PARTE I)


Cuando se propone algún sistema político y económico alternativo al neoliberalismo, siempre existen opiniones y versiones para todos los gustos, tan numerosas, como contradictorias entre sí. En términos políticos el tema es mucho más complejo debido a su gran variedad de exposiciones y alternativas distintas, aunque sin duda más adelante también trataré sobre este tema. 

Aquí, en esta exposición, a modo de presentación, voy a comenzar centrándome en la economía, tratando dos cuestiones sumamente importantes, por no decir vitales, para explicar y comprender el funcionamiento de toda economía y los ejes fundamentales que la sostienen. Los dos ejes fundamentales de todo sistema económico son el mercado y su funcionamiento, y la ley de la oferta y la demanda como autoreguladora y equilibradora (o desequilibradora) del mercado. 

En este artículo, que consistirá en tres partes, voy a tratar de explicar por qué el funcionamiento correcto de toda economía se basa en las operaciones de intercambio que tienen lugar en los mercados, los cuales pueden ser organizados o no organizados. Además, expondré la vital utilidad de la ley de la oferta y la demanda como catalizadora de todos los procesos de regulación y equilibrio de los mercados. Y también hablaré de los tipos de sistemas económicos más importantes y respecto a los que giran diversos debates en la actualidad, terminando con una reflexión acerca de cuál es el sistema económico más adecuado. 

La primera parte tratará sobre el mercado, la segunda sobre la ley de la oferta y la demanda, y la tercera constará de consideraciones y reflexiones finales. 

El mercado

Todo mercado es un mecanismo mediante el cual los individuos intercambian lo que tienen por lo que quieren. Cuando compramos unos bienes o servicios determinados entregamos al vendedor dinero a cambio de dichos bienes y servicios, efectuando en este caso una relación de intercambio producto-dinero. En otras ocasiones podemos llegar a efectuar otros tipos de intercambio no basados en una relación monetaria, como por ejemplo cuando efectuamos una operación de intercambio de un bien, directamente por otro, estableciéndose una relación de intercambio producto-producto. Esto último es lo que se denomina como trueque. Los mercados también pueden ser organizados, es decir, planificados de forma ordenada con anterioridad; los mercados pueden ser también no organizados, es decir, planificados de forma espontánea y sobre la marcha entre dos o más individuos. 

Mercado de verduras


Tipos de mercado

La mejor manera de comprender los diferentes tipos de mercado es estructurarlos principalmente mediante dos bloques: los mercados según su grado de intervención estatal sobre los mismos y aquellos que se basan en una estructura previamente organizada y los que no son organizados, y pueden ser constituidos de forma espontánea e imprevisible según la conveniencia y necesidades en un momento concreto. Además, por cada área de intercambio relativa a un bien o servicio diferente se establece un mercado específico para dicho bien o servicio. Por ejemplo, el mercado del automóvil, el mercado de los cereales, el mercado de libros, etc. 

Mercados intervenidos/no intervenidos:

Mercados intervenidos: Son aquellos mercados que se hallan fuertemente intervenidos por el Estado. Las condiciones relativas al funcionamiento de los mismos y las normativas, son indicadas y fijadas por el Estado. No existe libertad de actuación de las empresas con respecto al mercado, y tanto sus beneficios como la producción se llevan a cabo de una forma más o menos planificada. Al encontrarse intervenido y totalmente regulado el mercado, la tendencia hacia el fomento del consumismo extremo y la capacidad de beneficio ilimitada se hallan fuertemente limitadas, e incluso imposibilitadas. La producción de los diferentes bienes y servicios se efectúa de forma razonable, y los beneficios son limitados con el establecimiento de niveles máximos y mínimos de precios. 

Mercados no intervenidos: Son aquellos mercados en los que no existe apenas una intervención del Estado. Las condiciones relativas al funcionamiento de los mismos son “entregadas” a los mercados, dejando que sean las empresas y los consumidores quienes indiquen el funcionamiento y el equilibrio. Las empresas son libres de decidir la cantidad de producción de unos bienes y servicios en un momento determinado en función de la demanda. Al no estar intervenidos, los mercados tienden hacia el fomento del consumismo extremo por parte de las empresas mediante bombardeos publicitarios, extendiendo la idea de una capacidad de producción y obtención de beneficios de forma ilimitada. Los precios son libremente indicados por la oferta y la demanda, bajo la premisa de que el propio mercado, por sí mismo, tiende a reequilibrarse con el tiempo de forma natural, sin ningún tipo de intervención. En algunos casos, como los monopolios, las empresas tienen la libertad de decidir los precios que cobran a los consumidores por sus productos. 

Mercados organizados/no organizados:

Mercados organizados: Son aquellos mercados que son previamente planificados y permanentes. Cuando se desea adquirir un producto determinado, se acudirá al mercado de dicho producto, en algún establecimiento de venta que lo ofrezca. Estos establecimientos planifican con antelación los tipos de bienes y servicios que ofrecerán a los consumidores, con estimaciones acerca de las tendencias de consumo de la sociedad hacia los mismos. En definitiva, el vendedor ofrece de forma permanente un determinado bien o servicio mientras se mantenga la demanda, y el comprador deseará adquirirlo mientras no varíen sus gustos y preferencias de consumo, o no varíen los precios de dichos bienes y servicios. Se trata pues de mercados permanentes y previamente planificados. El vendedor sabe qué vender y cuánto aproximadamente, y el comprador sabe qué es lo que desea adquirir, cuándo, dónde, y a qué precio está dispuesto a adquirirlo. Ejemplos: tienda de electrodomésticos, tiendas de productos de alimentación, automóviles, CD’s, etc.

Mercados no organizados: Son aquellos mercados en los que a diferencia de los organizados, no existe una planificación anterior, y son el resultado de intercambios decididos en un momento determinado por decisión de dos o más individuos. En un momento determinado y de forma imprevista, una persona puede encontrarse con otra y decidir que efectuarán un intercambio de un producto que uno tiene por el que posee el otro. O acordar un pago monetario a cambio de un producto.  Pero esta operación de intercambio no estará previamente organizada ni planificada, y surgirá de decisiones momentáneas. También operaciones como los ilegales “mercados negros” o la economía sumergida pueden considerarse como un mercado no organizado. En definitiva, son mercados en donde las decisiones relativas a los intercambios se deciden entre los individuos de forma espontánea, y algunas veces “bajo manga”. 

Mercados específicos

El concepto de mercado hace referencia a una interpretación general del significado del mismo. Pero el mercado en sí no es algo genérico, sino que se establece por medio de los intercambios (ya sean monetarios o no) entre los diferentes productos. Cada sector diferente que se dedica al ofrecimiento de un bien o servicio determinado es un mercado. Así, si vamos a una librería, estamos acudiendo al mercado de libros para ver si hay algo que nos interesa; si vamos a la frutería, acudimos al mercado de la fruta para adquirir las frutas que deseemos (y del mismo modo, si acudimos con la intención de adquirir plátanos, estamos acudiendo al mercado específico de plátanos); si queremos comprar un coche nuevo, vamos a un concesionario y acudimos al mercado del automóvil; etc. Es decir, cada operación destinada a la adquisición de un bien o servicio específico, requiere que acudamos al mercado específico de dicho producto.

El flujo circular de la actividad económica

El flujo circular de la actividad económica es una representación esquemática del funcionamiento de la actividad económica y la interacción entre los mercados, las empresas y los individuos.

Tenemos tres factores determinantes: los hogares, las empresas y los mercados (de productos y de factores). 

Hogares --> Mercados de factores --> Empresas -->  Mercados de productos --> Ingresos --> Salarios --> Mercado de productos.

En primer lugar tenemos los hogares, los cuales ofrecen a las empresas los factores de producción (trabajo) a través del mercado de factores. Las empresas, a través del uso de los factores de producción provenientes de los hogares, producen bienes y servicios que ponen a la venta por medio del mercado de productos. Las empresas obtienen beneficios (ingresos) derivados de la venta de los bienes y servicios producidos. Con una parte de los ingresos obtenidos, las empresas pagan salarios a los trabajadores. Los trabajadores, con el salario recibido adquieren los bienes y servicios producidos por las empresas. Y el ciclo se repite. 

El ciclo también funciona de la siguiente manera: Empresas --> Mercados de factores --> Hogares --> Salarios --> Hogares (ingresos) --> Mercado de productos --> Ingresos (de las empresas).

Desde esta perspectiva: Las empresas demandan factores de producción a través del mercado de factores a los hogares. Los hogares (trabajadores) reciben un salario por el empleo por parte de la empresa de los factores de producción. Con los ingresos obtenidos, los hogares acuden al mercado de productos, donde adquieren los bienes y servicios producidos por las empresas. Con la adquisición de los bienes y servicios por parte de los hogares, las empresas obtienen ingresos (que dispondrán nuevamente para poder emplear una parte de los mismos en el pago de salarios a los hogares). Y el ciclo se repite. 

Aunque este diagrama no lo expresa de la misma manera que lo he hecho yo, puede observarse como el flujo es exactamente el mismo.


Las relaciones de intercambio

Como ya expuse anteriormente, un mercado es un mecanismo mediante el cual los individuos realizan operaciones de intercambio de lo que tienen por lo que quieren. Si se quiere algo que otro tiene, y se tiene lo que el otro quiere, se establece una relación de intercambio de un producto a cambio de otro. Las relaciones de intercambio pueden ser mediante la equivalencia monetaria de un producto, esto es, la adquisición de un producto mediante un pago monetario, o puede ser mediante un intercambio producto-producto, es decir, se intercambia un producto que se tiene, por otro que se quiere. 

Las relaciones de intercambio marcan en la actualidad, y han marcado siempre, la vida de las personas. Los intercambios de unos productos por otros de forma directa (operación que también recibe el nombre de trueque) fueron las primeras formas de intercambio que aparecieron en la historia, y son consecuencia del comienzo del establecimiento de las relaciones humanas. Esto continuó siendo así hasta la aparición del dinero, tiempo a partir del cual los intercambios pasaron a realizarse mediante la relación producto-dinero, o producto-precio. Las relaciones de intercambio producto-dinero, si bien no han hecho desaparecer del todo las operaciones de trueque (producto-producto), claramente se han impuesto de forma inmensamente mayoritaria en la sociedad. 

Con todo esto, se deduce que desde que se empezó a establecer el mundo de las relaciones humanas, las operaciones de intercambio se hicieron muy habituales. En otras palabras, desde que se empiezan a desarrollar las relaciones humanas, los mercados siempre han existido, acompañando siempre a la sociedad como forma de intercambio de unas cosas por otras. Los intercambios de unos productos por otros, también reciben el nombre de comercio. Toda operación de intercambio es un mercado.